Ocho, Edgardo Mantra





Y a veces, extraño tu cariño, tu cariño imberbe que no tengo y me custodia y me invita a buscarte en otros cuerpos más cálidos y gentiles que caminan por mer­cados, aunque sigo pensando que es tu amor el que me anima a probar otros afectos y seguir adelante, pre­cisamente el amor que no me das es el que pide que lo encuentre con una vida siempre a disposición de la recurrente falta de energía que es la parte rota aten­diendo fantasmas mientras la prisa de fenecer duerme con un desconocido que se parece a la mordida de una serpiente que se ha de convertir en cartera rellena de un solo billete de $ 20.00 para durar todo un mes viva, al filo; y no parece que pueda mejorar nada, pero todas las líneas siguen su fosa nasal y el viento de las perso­nas que se establecen en nuestro olvido tardan años en retornar a nuestra respiración de laberinto y no se me olvida lo último que me dijiste antes de quedar dividi­da: ¡ojalá termines casada!

 

 

 

en Mercado sobre ruedas, 2023

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