Materia, Víctor Quezada
Muchas veces he repetido este viaje, antes.
Esa transformación macabra que ejercen las
palabras:
“Si el barco se hunde, habrá treinta sujetos
luchando por un ataúd”.
Pero hablaba el carpintero de un salvavi-
das de madera, de una madera que cuando
Queequeg deliraba enfermo se preparaba en
manos del mismo carpintero para recibirle
la muerte: Queequeg sobrevivió al carpin-
tero. Una madera que hubo de reutilizar
asimilando la vida a la muerte mediante una
simple metáfora.
Madera nunca tuvo un sentido más estric-
tamente etimológico que en tal episodio de
Moby Dick.
en Yoko, 2023 (Segunda edición)